En un viaje a Chihuahua conocí una bodega enternecedora, había tenido el gusto de platicar con Mónica y de probar sus vinos, desde aquellos momentos ya me gustaban pero el conocer a Gilberto (su papá) y ver a Mónica en su entorno hizo que todo tuviera sentido: Vinos cuidados, limpios, frutales y listos para tomarse solos o acompañados. Este vino tiene notas a frutos negros, rojos y especias en nariz, y en boca es seco, potente y con una acidez que resulta refrescante.